Los libros hablan entre ellos
Yo creo que, cuando nadie los mira, los libros interactúan, establecen relaciones de afinidad, envidia, desdén, condescendencia... En definitiva, los libros hablan entre ellos


Los libros están vivos y tratan de vivir sus propias vidas al margen de sus autores y de los lectores. En las estrecheces de las estanterías, todo es más complicado. Sin embargo, en los escaparates de las librerías suelen encontrar mayor desahogo para poder observarse entre sí y para entablar conversaciones con las publicaciones vecinas. Un día, al pasar frente al escaparate de una de esas librerías, me encontré mi primera novela, "Persiguiendo sombras", junto a la entonces recién publicada obra de Arturo Pérez-Reverte, "El italiano". La gran figura en cartón piedra del protagonista de esta novela de trama bélica observaba la portada de mi obra con cierto desdén, como si pensara "qué haces tú aquí, advenedizo, entre tan ilustres creaciones. No estás a la altura de "El italiano", ni siquiera a la de "Los vencejos", así que lárgate, muchacho". Sin embargo, mi modesta primera obra se mantuvo allí, en silencio, ignorando las palabras del soldado. Y aquí sigo, casi cuatro años después, aguantando el tipo, con la misma humildad, pero también con la misma ilusión. Y todo ello, gracias a quienes me leen y me animan a seguir.